La Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba recibió la distinción en el marco del “2° Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales”.
La Universidad Nacional de Villa María (UNVM) reconoció a Sonia Torres como “Profesora Honoraria” por su labor incansable en la defensa de los derechos humanos, el fortalecimiento de los valores democráticos y la búsqueda de memoria, verdad y justicia.
La Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba recibió la máxima distinción otorgada por la casa de altos estudios local en el marco del “2° Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales”.
El acto realizado en la sede capitalina de la UNVM contó con la presencia del rector Luis Negretti, la vicerrectora Elizabeth Theiler, el decano del Instituto de Ciencias Sociales Gabriel Suárez Fossaceca y un auditorio colmado por estudiantes, docentes, funcionarias/os de gobierno, representantes de organismos de DDHH, nietas/os recuperadas/os, sobrevivientes y ex presos/os políticos del terrorismo de estado.
“Es un momento especial para la Universidad. Lo que parecía ser una distinción a la persona y trayectoria de Sonia Torres, es en realidad un homenaje a la UNVM porque de las 60 casas de altos estudios públicas de todo el país, la nuestra tiene un rasgo particular y distintivo que se define por su nómina de profesoras y profesores honorarias/os”, afirmó Negretti durante la ceremonia.
Al destacar los atributos de este reconocimiento, el Rector precisó que la figura de la homenajeada ocupará un lugar preponderante junto a académicos de trayectoria y referentes del mundo científico o artístico: “es un ejemplo de vida, de resiliencia, de lucha para toda nuestra comunidad, especialmente para nuestras/os estudiantes”.
Por su parte, el decano Gabriel Suárez compartió “la emoción y el orgullo del Instituto de Ciencias Sociales” por la distinción a Sonia Torres.
“Cuando proyectamos este Congreso en el marco de los 40 años de democracia nos propusimos pensar en los logros y desafíos. Argentina, sin duda, ha logrado un proceso de memoria, verdad y justicia que es mérito de la lucha de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo”, afirmó el funcionario.
Elogio académico
La docente Lucía Budassi, graduada de la UNVM, tuvo a su cargo la lectura del elogio académico en representación del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales.
Durante su semblanza reflejó la trayectoria incansable de la referente de los movimientos de DDHH y Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo – Filial Córdoba.
“Este reconocimiento es un modo de nombrar y significar lo incalculable de su lucha, iniciada el 26 de marzo de 1976 con el secuestro de su hija Silvina embarazada de 6 meses”.
En otro de los párrafos del texto, destacó “la búsqueda incesante de su nieto y la de cada uno de los nietos secuestrados y apropiados por los agentes del terrorismo de estado con el fin de localizarlos y restituirlos a sus legítimas familias”.
“Junto a otras tantas mujeres labraron la piedra angular de nuestra democracia: memoria, verdad y justicia, con organización e inagotable trabajo y ternura. Las Abuelas desde hace 47 años sostienen una práctica inclaudicable de dejar su huella en la construcción del estado democrático y es por ello que, en la figura de Sonia, celebramos su trayectoria, su legado, los derechos conquistados, cada acto de justicia y los 132 nietos y nietas recuperados/as”, cerró la Licenciada en Sociología ante el aplauso cerrado de un centenar de asistentes.
“Soy una mujer del pueblo que eligió luchar”
Tras recibir la distinción de manos del Rector de la UNVM, Sonia Torres se presentó como “una de las tantas Abuelas y Madres” que perdieron a sus hijas e hijos entre 1976 y 1983.
Al hablar sobre los inicios de su lucha, señaló que “hizo lo que debía hacer” y manifestó su alegría por recibir el reconocimiento “en nombre de cada una de las mujeres que no dejaron de buscar”.
Se definió como “mujer del pueblo” y manifestó “tener la conciencia tranquila” por tanto trabajo realizado desde el amor. “No tengo nada de extraordinario, salimos a luchar por una causa sin buscar venganza, sino justicia”, admitió Sonia.
A sus 93 años, señaló que los momentos más felices que atesora son los encuentros de cada nieta o nieto porque “producen alegría y renuevan la esperanza luego de 47 años de búsqueda” y precisó que su mayor legado es “haber trabajado mano a mano desde el amor, desde el odio no hubiésemos podido crecer ni avanzar”.
Aunque afirmó que cedió la posta a las nuevas generaciones, Sonia demostró que su lucha continúa al frente de Abuelas Córdoba “buscando a las nietas y los nietos que faltan, pero también buscando memoria, verdad y justicia”.